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Los juegos de mesa se han vuelto a poner de moda por ser una excelente opción a la hora de reunir a la familia o al grupo de amigos suscitando instancias de interacción social en un espacio lúdico, seguro y de confianza.
Desde hace años, el espectro de los juegos de mesa se ha ido ampliando, contando hoy en día con numerosos catálogos de juegos, innumerables categorías, se han diversificado y especializado según la edad del público, han expandido sus temáticas y sus mecánicas se han vuelto más creativas, dejando poco espacio al azar.
¿Cómo describir un juego de mesa?
Más allá de las categorías que se puedan establecer de acuerdo a distintos criterios, lo cierto es que todos los juegos de mesa cuentan con ciertos elementos básicos que permiten el desarrollo de la partida. El conocer y comprender los elementos que conforman un juego, puede ayudar a discernir qué tipos de juego de mesa prefiero por sobre otros, es decir, genera conocimiento respecto de qué tipo de jugador soy.
Los elementos que componen un juego son:
Meta
En cualquier tipo de juego hay objetivos que deben ser alcanzados por los participantes de modo de conseguir llegar a la meta. La meta tiene que ver con el final del juego y, por lo general, se relaciona con quién llega antes a un lugar, qué jugador logra juntar o desprenderse antes de algo, competir en un periodo de tiempo limitado a partir de la acumulación de puntaje o bien eliminar a los demás jugadores u oponentes.
Acciones
El jugador debe involucrarse en el juego a partir de la toma de decisiones que impliquen la ejecución de acciones estratégicas respecto de los objetivos del juego y de la meta a alcanzar. Es clave lo que el jugador puede hacer, pero, lo que es fundamental, es el cómo lo hace. Ese discernimiento respecto de escoger la mejor opción en un universo de acciones posibles, marca la diferencia entre un jugador y otro y decide el resultado del juego. No deja de ser relevante el hecho de que el jugador realiza acciones en relación a las interacciones que se den entre los jugadores en el desarrollo de una partida.
Recursos
Todos los juegos de mesa cuentan con recursos, ya sean evidentes o explícitos o bien, abstractos. Por ejemplo, existen juegos que se rigen por el primer tipo de recursos, teniendo un sistema de dinero atado a un sistema recursos determinado lo que brinda una gran dinámica a las partidas. En el segundo caso, de tratarse de recursos abstractos, la cantidad de turnos, el decidir de qué manera se gestionan éstos o el tiempo que se estima para el desarrollo de cada partida, corresponden a recursos que gestionan la mecánica del juego.
Adquisición
Muchos juegos de mesa se caracterizan por poseer mecánicas que se alzan en torno a la adquisición y gestión de recursos, transformándose, muchas veces, en la meta del juego. La adquisición de recursos, por otro lado, también puede estar orientada a conseguir otros recursos. Esa premisa es la base de los juegos de construcción de motor o engine building.
A través de la adquisición y manejo de recursos, el jugador se involucra profundamente en la dinámica del juego, porque siente que forma parte de algo, que está creando y que ha conseguido hacer cosas importantes en la partida.
Puntaje
Los sistemas de puntajes del juego influyen directamente en la mecánica del juego, por lo que, dependerá de ellos que el juego sea atractivo de jugar o no.
Eliminación
La eliminación de oponentes o piezas del juego, permite ir orientando la partida hacia la meta. Pese a que actualmente, prima el hecho de que todos los jugadores puedan participar en gran parte del juego, existen juegos en los que se elimina a los contendientes de manera directa.
Azar e incertidumbre
El azar es un elemento que se está erradicando de los juegos de última generación, ya que se valora que la partida se desarrolle dependiendo de las acciones de los participantes, pero, la incertidumbre, por ejemplo, de mantener en secreto el mazo o guardar un secreto durante el juego, es un elemento que sigue vigente.
Interacción
Forma parte de la mecánica de los juegos y es el elemento que más atrapa a los jugadores. Puede haber interacciones basadas en la cooperación, el conflicto, interponerse, la subasta, la traición, el presumir, etc.
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